Seeking the Face of the Lord
Todos juntos formamos la Arquidiócesis
Católica Romana de Indianápolis
En su encíclica “Dios es amor,” el Papa Benedicto XVI habló sobre “la comunidad local a la Iglesia particular, hasta abarcar a la Iglesia universal en su totalidad.”
La “comunidad local” se refiere a la comunidad parroquial o religiosa. La “Iglesia universal” se refiere a la Iglesia Católica dispersa por todo el mundo.
¿Qué o quiénes son las “Iglesias particulares?” El término “Iglesia particular” se refiere a las diócesis y arquidiócesis del mundo. En ocasiones nos referimos a la “Iglesia local” como la diócesis o arquidiócesis. Por medio de una serie de reflexiones espero poder explicarles que la Iglesia Católica no está formada por un conjunto de estructuras sociales arbitrarias.
En alguna ocasión alguien me dijo: “Entiendo por qué necesitamos un obispo, pero ¿para qué necesitamos una diócesis? Y ¿para qué necesitamos una catedral?” Recientemente recibí una carta bastante extensa de una pareja que participaba activamente en una de nuestras excelentes parroquias. El propósito de la carta era preguntar por qué debemos ayudar a la gente y contribuir a las causas de otras parroquias. Nosotros nos ocupamos de nuestra parroquia, afirmaban. ¿Por qué las otras parroquias no se ocupan de sus asuntos ellos mismos? No me resulta extraño escuchar preguntas como éstas.
Debemos conocer nuestra identidad como la Arquidiócesis de Indianápolis. El significado es profundo y no puede explicarse fácilmente. En una serie de reflexiones que presentaré en las semanas subsiguientes espero poder abordar esta cuestión usando un lenguaje sencillo: ¿Qué es la Arquidiócesis de Indianápolis? Quizás mis reflexiones resulten un recurso útil para nuestros programas de educación religiosa para todas las edades. Es importante que nos demos cuenta de que nuestras parroquias no son Iglesias pertenecientes a congregaciones federadas al azar con un obispo a la cabeza.
En 1834, la palabra “diócesis” se volvió más común entre los pocos Católicos romanos y el resto de la población en Indiana y el este de Illinois. Desde entonces los Católicos romanos y sus pastores misionarios ya no tuvieron que vincularse a un obispo ubicado a cientos de millas de distancia. Por motivos democráticos en 1898 la Diócesis de Vincennes se convirtió en la Diócesis de Indianápolis localizada en la capital del estado. En respuesta a ciertos acontecimientos en Indiana, se convirtió en la Arquidiócesis de Indianápolis en 1945. (Más adelante en esta serie explicaré la diferencia entre diócesis y arquidiócesis.)
En el sistema de la Iglesia Católica existe más supervisión y un control más centralizado asociado a la distribución en diócesis o arquidiócesis, en comparación a lo que sucede generalmente en otras Iglesias u organizaciones de fe. Debido a esto, para el común de la gente la palabra “arquidiócesis” se ha convertido en sinónimo de una oficina en el centro de Indianápolis.
Cuando el obispo se encontraba a cientos de millas de distancia, pastores y parroquias parecían más independientes en lugar de estar vinculadas a una red centralizada, a pesar de que era necesaria una conexión y así lo exigía el Derecho Canónico.
Con un obispo distante, la identidad Católica pudo desarrollarse con mayor facilidad, al igual que sucedió con los vecinos protestantes en lo que respecta al sentido de Iglesia. Para garantizar esto, se delimitaron las regiones; la estructura y forma de cada parroquia en Indiana se hizo de acuerdo al derecho. Sin embargo, la auto-identificación como católicos tuvo ciertas características aislacionistas, en lugar de relacionales, en cuanto a la Iglesia diocesana.
A pesar de que hemos sido una arquidiócesis por muchos años el significado de lo que se creó en 1834 y los años subsiguientes todavía no está totalmente claro en la mente católica popular. De hecho, el entendimiento de la Iglesia diocesana es aun un desafío para muchos Católicos romanos.
Algunos entienden todavía a la “diócesis” principalmente como una división administrativa. Un obispo a cargo de un cierto número de parroquias y sacerdotes en un área geográfica determinada. O hay muchos que todavía piensan en “la arquidiócesis” como “esa oficina en 1400 North Meridian, en el centro de Indianápolis.”
La Iglesia no es una oficina burocrática. Tampoco somos una federación voluntaria de “Iglesias de congregación.”
Diócesis o arquidiócesis es el nombre que la Iglesia otorga a las iglesias locales o “Iglesias particulares.” En efecto, una diócesis o una arquidiócesis no es simplemente parte de una Iglesia mayor; la Arquidiócesis de Indianápolis es la Iglesia viviente y visible aquí y ahora en 39 condados en el centro y sur de Indiana. La unidad primaria de la Iglesia es la diócesis.
La Iglesia Universal es la comunión de todas las Iglesias “particulares”, la diócesis del mundo.
No soy el arzobispo de una oficina o un edificio. Todos juntos, el arzobispo católico romano, el clero, personal laico y religioso de Indiana central y del sur conforman la Arquidiócesis Católico-Romana de Indianápolis. Por la gracia de Dios y bula papal somos el pueblo de Dios que se hace presente como la Iglesia apostólica aquí y ahora en estos 39 condados.
Para comprender mejor lo que verdaderamente se creó en Indiana hace 172 años presentaré algunas reflexiones sobre el significado de la Iglesia diocesana en las próximas semanas. †